Política

Asegurar la Calidad de la Formación Académica

El primer objetivo es garantizar que todos los programas de formación impartidos por la institución, cumplan con los más altos estándares de calidad establecidos por organismos nacionales.

Este objetivo busca asegurar que la UNAP ofrezca una educación de excelencia y contribuya al desarrollo social, económico y cultural de la región. Para ello, se implementarán procesos de evaluación de la pertinencia de los programas de formación, revisión periódica de los planes de estudio y actualización de los contenidos curriculares, todo esto bajo un marco de evaluación constante y mejora continua.

Optimizar los Procesos Administrativos

Optimizar los Procesos Administrativos Este objetivo tiene como fnalidad mejorar la efciencia y eficacia de los procesos administrativos de la universidad, garantizando que todos los servicios que se brindan a estudiantes, académicos y personal administrativo sean de alta calidad. Se establecerán indicadores de rendimiento y se implementarán herramientas tecnológicas para la automatización y optimización de procesos clave. Esto permitirá reducir tiempos de respuesta, mejorar la experiencia de los usuarios y facilitar el acceso a la información.

Desarrollar una Cultura de Autoevaluación y Mejora Continua

La autoevaluación es un proceso clave para identificar oportunidades de mejora y fortalecer los procesos de la universidad. Este objetivo se enfoca en promover una cultura organizacional que valore la refexión continua sobre el desempeño de los programas académicos, los servicios administrativos y los proyectos de vinculación con el medio. Se implementarán mecanismos de autoevaluación periódica en todos los niveles de la universidad, con la participación activa de estudiantes, académicos y personal administrativo. Los resultados de estas evaluaciones serán utilizados para ajustar y mejorar los procesos, garantizando que la universidad se mantenga alineada con los objetivos de calidadestablecidos.

Principios Rectores

La calidad es un principio que debe permear todas las actividades y procesos de la universidad, tanto académicos como administrativos. Este principio establece que todos los actores de la comunidad universitaria, desde estudiantes hasta directivos, deben comprometerse con la calidad en cada uno de sus ámbitos. La calidad no es responsabilidad exclusiva de un área específica, sino que debe ser asumida por todos de forma transversal, garantizando que todas las funciones de la universidad se alineen con los estándares establecidos.

La mejora continua es el motor del sistema de calidad de la UNAP. Este principio enfatiza que la universidad debe estar en un proceso constante de evaluación y ajuste. La mejora no es un objetivo puntual, sino un ciclo interminable de optimización que busca siempre elevar el nivel de calidad en todos los procesos.

La autorregulación es otro principio clave de la política de calidad. Cada unidad académica y administrativa de la universidad tiene la responsabilidad de evaluar y ajustar sus propios procesos. La autorregulación permite a la universidad identificar de manera autónoma sus áreas de mejora, implementar soluciones efectivas y garantizar que los estándares de calidad sean mantenidos internamente. Esta práctica refuerza la cultura de responsabilidad y compromiso dentro de la comunidad universitaria.

La transparencia es esencial para asegurar la confianza de todos los actores involucrados en los procesos de calidad. Este principio establece que la información relacionada con las evaluaciones, los estándares y los resultados debe ser accesible y clara para toda la comunidad universitaria. La transparencia también implica una rendición de cuentas clara y continua, en la cual la universidad comparta de manera abierta los avances y desafíos en relación con la implementación de su sistema de calidad. Finalmente, la responsabilidad compartida implica que cada miembro de la universidad, independientemente de su rol, debe asumir su parte

En el proceso de aseguramiento de la calidad. Esto incluye no solo a los estudiantes y académicos, sino también al personal administrativo y directivo. Este principio fomenta una cultura organizacional en la que cada persona es consciente de su impacto en la calidad de los procesos y servicios de la universidad.

La calidad debe ser entendida como una actitud compartida por todos los miembros de la comunidad universitaria. La Dirección General de Calidad lidera el proceso de promoción de esta cultura, asegurando que cada miembro asuma su rol en los procesos de mejora continua. La cultura de calidad debe permear todos los niveles y procesos institucionales, creando un ambiente colaborativo en el que cada acción se oriente hacia la mejora constante y el cumplimiento de los estándares de excelencia establecidos. Este principio es fundamental para garantizar que la calidad no sea solo un conjunto de procedimientos, sino una vivencia compartida y vivida por todos.

Funciones

Organigrama